DIGO LO QUE PIENSO

viernes, abril 06, 2007

ASÍ ERA VILLA LURO

Dice Borges en su poema “Ultimo sol en Villa Luro” .... “En el cielo es de día, pero la noche es traicionera con las zanjas.” “Toda la luz está en las tapias azules y en ese alboroto de chicas.” “Ya no sé si es un árbol o es un dios, ese que asoma por la ventana herrumbrada” “Cuantos países a la vez: el campo, el cielo, las afueras."

Así el paisaje, así el tiempo. Buenos Aires crecía y junto a ella espigaban ilusiones de progreso. En el año 1922, el Club Atlético Vélez Sársfield tenía su cancha en Cortina y Bacacay y debía dejarla porque el dueño del terreno deseaba fraccionarlo y venderlo. No resultaba fácil encontrar en el barrio, un terreno que pudiera albergar a una cancha de fútbol.

Después de varios intentos fallidos, los dirigentes acordaron con los señores José y Enrique López Bancalari alquilar la manzana de tierra que éstos poseían, delimitada por las calles Basualdo, Schmidel, Guardia Nacional y Pizarro ; lugar bastante despoblado de un Villa Luro que casi ya se adentraba en otro barrio, Mataderos.

El 20 de abril de 1922 se firmó el respectivo contrato que establecía un alquiler mensual de $ 12.- por los cinco primeros años y $ 150.- por los siguientes cinco. El “estadio” fue inaugurado el 16 de marzo de 1924 y constaba del “field “ y una tribuna techada de madera, construida al mejor estilo inglés con techo a dos aguas y una marquesina en su centro, que ostentaba orgullosamente el nombre de la Institución. Esa tribuna estaba sobre el lado oeste del terreno, es decir sobre la calle Basualdo, con entrada por el número 436 de esa calle., que como las otras que circundaban el predio eran de tierra, con zanjas, tal cual lo dice Borges en su poema.

En el año 1926 se construye la tribuna “a cielo abierto” del lado este y en 1927 las cabeceras. Hasta aquí todo había transcurrido normalmente, pero es en el año 1928 cuando se produce el acontecimiento relevante que marcará para siempre un hito en la historia del futbol argentino. El 7 de diciembre de ese año, el Club Atlético Vélez Sársfield inaugura la iluminación eléctrica de su “field”, para convertirse así en el primer Club del país en dotar a su estadio de la adecuada luz artificial para disputar partidos oficiales.

Villa Luro pasó a ser un nombre popular en todos los medios gráficos y radiales, que se ocuparon del suceso y no faltó algún periodista que criticara “la excentricidad del lugar de ubicación de la cancha” elegida. Como decía mi abuela, “si la envidia fuera tiña, cuantos tiñosos habría”. Más adelante en el tiempo, la cancha de Vélez Sársfield fue conocida como “ El Fortín de Villa Luro”, por obra y gracia del periodista Hugo Marini , que así la bautizó en las páginas del desaparecido diario Crítica , en su edición del 6 de mayo de 1933. Era la época en que al fútbol se concurría de traje, corbata y sombrero o con rancho en el verano.

A fines de 1941 la vieja cancha cedió al progreso y el Club debió emigrar a Liniers. El predio fue loteado y subastado en el año 1942. En la publicidad del remate, se anunciaba la inminente extensión del subterráneo Anglo, desde Caballito a Liniers. Transcurrieron sesenta años y el “subte” aún duerme sus sueños en la vieja estación terminal de Caballito. Hoy una placa recuerda el histórico lugar y en su alrededor rondan los fantasmas de muchos “cracks” del fútbol argentino.

¡ Cosas de un tiempo que pasó !

José Pedro Aresi