DIGO LO QUE PIENSO

lunes, abril 16, 2007

SUEÑO IMPOSIBLE




CONFESIÓN

Amigos ... tengo 14 años y sueño con la piba de trencitas que dentro de una hora llevará a su hermanito a la calesita y con la cual en silencio, nos intercambiaremos cómplices miradas al estilo Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, mientras yo le diré al calesitero "Tócala otra vez Sam" y él me hará caso una y las mil veces que yo haga clic sobre



Después ... despertaré del sueño y entraré en esta también hermosa realidad de poder jugar con mis nietos, la cual no me canso de agradecer a Díos.

Ah ........ olvidaba decir que no era "Sam", sino don Luis el calesitero.

José Pedro Aresi

sábado, abril 14, 2007

RECORDANDO EN TANGO


Este es un “curro” elaborado no solamente por mí. Alguna ayudita tuve, pero este “niorse” aportó muy firme, porque en el 2002 sus neurona estaban mucho más activas.

Hoy, con remordimiento, le dedico esta nota a la memoria del “cofla” Paroni que se fue un día, sin que yo me enterara..¡Flor de laburante y gran amigo, el flaco!

Por eso, RECORDEMOS, que es la mejor manera de olvidar.

Década del cuarenta, el tango en la cumbre y el jazz ahí cerquita. Antes de ocuparnos de los lugares donde el pueblo estiraba las piernas, permítaseme decir sin ruborizarme que “La milonga es una enfermedad que contrajimos en la esquina del barrio y que no se cura nunca”.
Me parece ver las luces de Vélez Sársfield, Atlanta, San Lorenzo, el “Sportivo Buenos Aires” , Estrella de Maldonado, Social Villa Crespo , Premier (inicialmente llamado Chiqué) , el “Oeste” de la avenida Juan B. Alberdi , Huracán , Villa Malcon, Flores que Surgen, Villa Zahores, el Palacio Rivadavia, Independiente (en Avellaneda y su filial de Flores). el Social Rivadavia, el Club Ideal de Villa Lugano; “Brisas” y “Claridad” de Ciudadela, Comunicaciones, las Cuatro F, Pinocho, Glorias Argentinas, José Hernández y tantos otros clubes que competían con salones del renombre de La Argentina, Rodriguz Peña, Unione et Benevolenza, la "Catedral del Tango", Palermo Palace, La Enramada, Parque Retiro, Palacio de las Flores y otros que – como en el caso de los clubes – se quedan en un tintero que ya ha perdido su magia y hace agua.
.
“Confiterías” o algo parecido, como La Nobel de Lavalle, Mi Club (Suipacha llegando a Tucumán, que existió hasta hace muy poco tiempo) , Sans Souci, Picadilly, Les Ambasadeur, Maracaibo y cabarets “pulentas” que hoy acarician nuestra nostalgia como Marabú, Royal Pigall, Tabarís, Tibidabo, Chantecler, Casanova, Maipú Pigalle y otros “mishios” como el Avión, Boston, Cielo de California , Odeón, Edén , Charlestón y otros muchos que agazapados se escapan de mi memoria. ¡Que trocen muchachos, que trocen!

Además de algunos bailes con “Selectas Grabaciones” que no faltaban, la sal y la pimienta la ponían las orquestas de tango y jazz que animaban los bailes principales, actuando generalmente en “clásicos binomios” que he de tratar de ensamblar en este desfile de reminiscencias agradables de una juventud que disfrutamos “a rabiar”.

Por razones de “antigüedad” comienzo nombrando a Francisco Canaro con Feliciano Brunelli – Aníbal Troilo con Héctor Lomuto o los Hawaian Serenaders que dirigía Osvaldo Novarro – D’Arienzo con Varela Varelita – Osvaldo Pugliese con el turco Ahmed Ratip y su Cotton Pickers - Ricardo Tanturi con los Santa Paula Serenaders – Alfredo D’Angelis con Barry Moral – Osvaldo Fresedo con Eduardo Armani, que a su vez eran socios en el “boliche” Rendez Vois. Me falta recordar a las yuntas de Di Sarli , Angel D’Agostino, Alfredo Gobbi, Miguel Caló, Horacio Salgán y Alberto Castillo, con su propia orquesta, ya desvinculado de Tanturi. Asumo que es una materia pendiente, pero sin embargo me animo a decir que por ahí estarían rondando esas actuaciones compartidas: Oscar Alemán , Panchito Cao , Ken Hamilton, René Cospito, el trompetista Esteban. con la Savoy Jazz, Santa Anita (Ritmo en el Alma), y la San Francisco Jazz.

¿Qué más se podría decir?.

Mucho, si no fuera porque las ideas se confunden y las voces del ayer llegan a nuestra memoria de manera , nostalgiosas y envueltas en la neblina del tiempo. Es el precio que nos cobra la vida por habernos permitido transitarla, mucho tiempo más que el esperado.

Si hasta me parece estar viviendo aquel momento vivido el 10 de marzo de 1951, cuando un “sardo” de pelo corto gritó:


“Soldado José Pedro Aresi – Clase 1930 – Matrícula 4.499.199 …… a lo cual yo respondí orgulloso …. ¡Presente!.

Jotape
abril del 2007


viernes, abril 06, 2007

ASÍ ERA VILLA LURO

Dice Borges en su poema “Ultimo sol en Villa Luro” .... “En el cielo es de día, pero la noche es traicionera con las zanjas.” “Toda la luz está en las tapias azules y en ese alboroto de chicas.” “Ya no sé si es un árbol o es un dios, ese que asoma por la ventana herrumbrada” “Cuantos países a la vez: el campo, el cielo, las afueras."

Así el paisaje, así el tiempo. Buenos Aires crecía y junto a ella espigaban ilusiones de progreso. En el año 1922, el Club Atlético Vélez Sársfield tenía su cancha en Cortina y Bacacay y debía dejarla porque el dueño del terreno deseaba fraccionarlo y venderlo. No resultaba fácil encontrar en el barrio, un terreno que pudiera albergar a una cancha de fútbol.

Después de varios intentos fallidos, los dirigentes acordaron con los señores José y Enrique López Bancalari alquilar la manzana de tierra que éstos poseían, delimitada por las calles Basualdo, Schmidel, Guardia Nacional y Pizarro ; lugar bastante despoblado de un Villa Luro que casi ya se adentraba en otro barrio, Mataderos.

El 20 de abril de 1922 se firmó el respectivo contrato que establecía un alquiler mensual de $ 12.- por los cinco primeros años y $ 150.- por los siguientes cinco. El “estadio” fue inaugurado el 16 de marzo de 1924 y constaba del “field “ y una tribuna techada de madera, construida al mejor estilo inglés con techo a dos aguas y una marquesina en su centro, que ostentaba orgullosamente el nombre de la Institución. Esa tribuna estaba sobre el lado oeste del terreno, es decir sobre la calle Basualdo, con entrada por el número 436 de esa calle., que como las otras que circundaban el predio eran de tierra, con zanjas, tal cual lo dice Borges en su poema.

En el año 1926 se construye la tribuna “a cielo abierto” del lado este y en 1927 las cabeceras. Hasta aquí todo había transcurrido normalmente, pero es en el año 1928 cuando se produce el acontecimiento relevante que marcará para siempre un hito en la historia del futbol argentino. El 7 de diciembre de ese año, el Club Atlético Vélez Sársfield inaugura la iluminación eléctrica de su “field”, para convertirse así en el primer Club del país en dotar a su estadio de la adecuada luz artificial para disputar partidos oficiales.

Villa Luro pasó a ser un nombre popular en todos los medios gráficos y radiales, que se ocuparon del suceso y no faltó algún periodista que criticara “la excentricidad del lugar de ubicación de la cancha” elegida. Como decía mi abuela, “si la envidia fuera tiña, cuantos tiñosos habría”. Más adelante en el tiempo, la cancha de Vélez Sársfield fue conocida como “ El Fortín de Villa Luro”, por obra y gracia del periodista Hugo Marini , que así la bautizó en las páginas del desaparecido diario Crítica , en su edición del 6 de mayo de 1933. Era la época en que al fútbol se concurría de traje, corbata y sombrero o con rancho en el verano.

A fines de 1941 la vieja cancha cedió al progreso y el Club debió emigrar a Liniers. El predio fue loteado y subastado en el año 1942. En la publicidad del remate, se anunciaba la inminente extensión del subterráneo Anglo, desde Caballito a Liniers. Transcurrieron sesenta años y el “subte” aún duerme sus sueños en la vieja estación terminal de Caballito. Hoy una placa recuerda el histórico lugar y en su alrededor rondan los fantasmas de muchos “cracks” del fútbol argentino.

¡ Cosas de un tiempo que pasó !

José Pedro Aresi